Ando al borde de los equilibrios en la suma de tenerte y darte un pellizco para saber que es verdad. Sabes que eres capaz de sostener toda una realidad a tu antojo y es este nunca mirar hacia atrás cuando te tengo delante, esta manía mía de sacarle la puntilla a todo. Sabes pero que muy bien de lo que hablo y desde aquí te digo que te voy a cuidar hasta que todo esté tan borroso como mis ojos de las 5 de la mañana y vuelvan los garabatos a mezclarse en tu risa y yo ya no sepa donde meterme. Y aunque me tenga que beber un océano de miedos en un vasito de agua me despertare por la mañana intentando descubrir los secretos que callas cuando aparecen tus medias sonrisas.
No voy a dejarte en paz ni por todas las guerras del mundo, lo siento.
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